Si tienes este libro en tus manos, es posible que no quieras resignarte a vivir encadenado a la pérdida de calidad de vida que produce un problema crónico o una enfermedad catalogada como incurable. ¿No has obtenido resultados satisfactorios hasta el momento? Muy bien y ¿ahora qué vas a hacer? Muchas personas se resignan a vivir en el reducto del sufrimiento sin ser capaces de alzarse por encima de los muros de ese recinto lúgubre y funesto forjado con las barreras impuestas del «no se puede hacer más». En definitiva, de un modo más técnico, directo o impersonal es lo que te han dicho cuando no encuentran soluciones efectivas.
Este pensamiento derrotista me produce un total rechazo. Personalmente, prefiero luchar, soy un poco rebelde ante un sistema que no me da respuestas, además de ofenderse si las busco por mi cuenta. Se pueden encontrar otros caminos como los que aportan soluciones no invasivas, respetuosos con la propia fisiología orgánica.
Si piensas igual, despierta, siempre se puede llegar un poco más lejos. De lo contrario, los deportistas no batirían ningún récord y los escaladores no conquistarían cimas más altas, al igual que otros enfermos que lo han logrado ¿Por qué tú no?